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¿Por qué digo sí cuando quiero decir no?

  • Foto del escritor: Miriam Martínez
    Miriam Martínez
  • 31 dic 2020
  • 2 Min. de lectura

Son muchas las situaciones en la vida en las que nos vemos inmersos en una situación en la que no nos gustaría estar:

Nuestros amigos van a salir pero en realidad lo que nos apetece es estar en casa. Sin embargo, nos vemos toda la noche de bar en bar sin tener ganas porque simplemente no nos apetecía y no hemos sabido explicárselo a los demás. O por el contrario estando de fiesta de pronto nos apetece ir a casa porque estamos cansados, sin embargo, aguantamos hasta casi de madrugada porque todos los demás siguen sin querer irse a dormir y no nos atrevemos a decirles que simplemente estamos cansados y lo que estamos deseando es estar en casa durmiendo.

Otros ejemplos pueden acontecer en ámbitos laborales, cuando el jefe o los demás compañeros siguen trabajando 2 horas más y te han pedido que te quedes y tú ya has terminado todo el trabajo pendiente pero permaneces allí por no haber sabido decir que ya habías terminado todo.

Del mismo modo puede ocurrir en ámbitos familiares cuando nos piden que acompañemos a nuestros padres al médico o que cuidemos de los niños e igualmente que el resto de la familia teníamos otros planes, pero acabamos haciendo lo que nos han pedido y estando toda la tarde cuidando a los sobrinos o nietos o cargando con la responsabilidad de tomar decisiones que deberían implicar a toda la familia.

Todas estas situaciones se dan por falta de asertividad y podemos preguntarnos qué es la asertividad?

La asertividad es la capacidad que tenemos para saber decir que no y establecer límites, pero no siempre esta cualidad está presente.


Qué es lo que nos hace no saber decir que no?

- Muchas veces el sentirnos culpables si no hacemos lo que nos piden.

- Valorar más la opinión de los demás que la nuestra propia.

- Hacernos responsables de tareas que no son nuestras, en un intento de hacer el bien común o ayudar a los demás, o simplemente intentar agradar a todos los que nos rodean.

Esta falta de capacidad para decir no también puede llevarnos a que los demás abusen de nuestras capacidades. Lo cierto, es que por mucho que queramos no podemos caerle bien a todo el mundo, ni podemos vivir intentando agradar a los demás continuamente haciendo cosas que en muchas ocasiones no nos gustan.



Qué podemos hacer si no poseemos asertividad? Se puede trabajar?

Podemos analizar las situaciones que se nos plantean y tratar de descubrir las emociones que provocan en nosotros y si realmente queremos vernos realizando una determinada acción. Al mismo tiempo deberíamos hacer un ejercicio de reflexión intentando ver las intenciones del otro y encontrar las expectativas nuestras y de los otros. Si realmente llegados a este punto es lo que quieres hacer puedes seguir adelante y decir que sí, pero si piensas que no es lo correcto y no sabes decir que no siendo empático y comunicativo hay maneras de trabajarlo.

Para ser asertivo se pueden adquirir habilidades de comunicación, se puede trabajar la reflexión y la impulsividad, así como ejercitar la toma de decisiones y la visualización de nosotros mismos diciendo que no.

Hay maneras de conseguir ser asertivo siendo amable y respetuoso y podemos ayudarte a conseguirlo.

 
 
 

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